Como educadoras sociales invertimos tiempo con los pacientes en diseñar un plan, una estructura, que les permita llevar el día a día de la forma más segura, organizada, equilibrada y satisfactoria dentro de las limitaciones que presentan por su enfermedad. Esto significa ofrecer alternativas diferentes para que decidan que van a hacer con las horas de las que disponen.
Creemos muy importante dar pautas sobre la organización y gestión que se hace del tiempo como herramienta para los pacientes con problemas de adicciones. ¿Por qué? Os lo explicamos:
Durante el periodo del consumo de drogas reina la improvisación, el desorden, la impuntualidad, la irresponsabilidad, los horarios desajustados, la descompensación del tiempo que se le dedica a cada tarea… Cuando se decide abandonar el consumo es aconsejable y de vital importancia interiorizar hábitos nuevos, saludables y bien establecidos en tiempo, momento y lugar; que rompan con la rutina y hábitos poco saludables que se han llevado en el periodo de consumo. Planificar cada día ayuda a la interiorización y favorece el cambio.
Para que se produzca una buena organización y gestión del tiempo es recomendable practicar durante un largo periodo de tiempo la realización de planificaciones por escrito de cada día. En ellas se deben ir incorporando paulatinamente tiempo para las responsabilidades, obligaciones, para el cuidado personal, para el ocio sólo y en compañía, para el descanso y el sueño; y como no, tiempo para diseñar la manera de encajar de forma equilibrada todas estas acciones.
Tomarse un tiempo a la semana para reflexionar sobre que quiero y debo hacer, cuando y como voy hacerlo, es un nuevo hábito que ayudará a la recuperación potenciando, desarrollando e interiorizando los cambios en el estilo de vida. Sin olvidar que fomentará también la capacidad de espera, la proyección de objetivos a corto, medio y largo plazo, la sensación de autoeficacia, la toma de decisiones y la responsabilidad de la propia vida.
Resulta muy satisfactorio compartir, y ver la evolución que van teniendo los pacientes semana a semana. Construyendo un estilo de vida distinto y mejorado al que traían previo al ingreso. Incluyendo pequeños retos y cambios de forma progresiva. Podríamos concluir diciendo que; pasan de ser como una agenda nueva, en la que sólo hay fechas y huecos libres, a una en la que hay vida, intereses, proyectos. Una que tiene las hojas gastadas porque se ha usado y, trabajado en ella.
Lidia Cortés y Silvia Uceta. Educadoras sociales.